lunes, 5 de mayo de 2014

y tú… ¿qué quieres ser de mayor?

"y tú… ¿qué quieres ser de mayor?"

Menuda pregunta para un niño... se les queda una cara con una media sonrisa y una mirada perdida mientras su imaginación va de un lado para otro. Y a partir de ahí, empiezan a decir cosas y más cosas... policía, vaquero (pero de los de los indios), doctora, diseñadora de tartas, piloto de barco/avión... cosas que van saliendo de su interior con una naturalidad pasmosa y con una seguridad tan aplastante que hasta me dan un poco de envidia. Están tan seguros que no hay ni una duda en sus palabras.

La respuesta que le doy a mis hijos es siempre la misma: "...serás lo que quieras ser..."

Quizás una respuesta arriesgada, porque las decisiones que adopten mis hijos cuando les toque decidir, puede que estén contra mis creencias, contra todo aquello que crea que es o no es adecuado para su futuro. Pero aún así, y cada vez tengo más claro, que no hay mayor garantía para el éxito profesional (y personal) que ser capaz de descubrir qué es lo que te gusta, de hacer aquello que te mueve y conmueve, aquello que sale de ti, y sobre todo... de hacer lo que te dice tu corazón.

Los niños no tienen ninguna dificultad en escuchar a su corazón, pero… ¿y los adultos?, ¿somo capaces de hacer eso?, ¿podemos conectar con nuestros recursos, con nuestro potencial, para fomentar, cuidar y pulir nuestras habilidades y cualidades que todos traemos de serie?

Haz la prueba: trata de preguntar a los adultos lo siguiente
- ¿Qué te gustaría hacer profesionalmente?
- ¿Te gusta lo que haces?
- ¿A qué te trabajo te gustaría dedicarte?
- ¿Qué sentido tiene para ti tu trabajo?

Seguramente las respuestas no saldrán de una forma tan rápida, espontánea y alegre como las de los niños… Incluso habrá gente que ni se lo haya planteado, y esté consumiendo toda su energía en hacer algo que no tenga nada que ver con su persona. O puede ser que no sepa qué contestar y se quedará en silencio.

¿Qué sucede para que cambie tanto el panorama en unos pocos años?

De hecho, yo mismo me sorprendí a mí mismo un día preguntándome por el sentido de mi trabajo, y eso fue para como si me hubieran dado un guantazo, guantazo físico y emocional que hizo que todo lo que había hecho y estaba haciendo se tambaleara. Y de golpe y porrazo empecé a hacerme un sinfín de preguntas del tipo:
¿de verdad me veo yo haciendo ésto durante toda mi vida?
¿a qué estoy contribuyendo con mi esfuerzo y energía?
¿qué sentido tiene ésto para mí?
¿dentro de unos años estaré orgulloso de lo que he hecho profesionalmente?

Las respuestas me hicieron sufrir, pero nunca imaginé que ese sufrimiento se convertiría en mi mejor aliado para hacer lo que hoy estoy haciendo…

Creo que existe una minoría privilegiada, que tiene su vocación perfectamente identificada desde que son pequeños, y consiguen ser congruentes con esa fuerza interna que les quema desde dentro, para construir desde ahí un proyecto personal y profesional cargado de sentido. Pero creo que la gran mayoría, los que no hemos tenido esa suerte, no  nos hemos sabido mirar hacia dentro; bien porque no teníamos activada esa capacidad, bien porque nadie nos había enseñado que el verdadero aprendizaje, y la verdadera sabiduría tienen lugar de puertas para adentro: en el conocimiento de uno mismo, y no en el "conocimiento del medio", lo que de toda la vida eran las ciencias naturales y sociales en EGB.

Seguro que las cosas irían mejor si además de de lo que se enseña, se dedicaran unas horas al autoconocimiento, a fomentar la creatividad, el trabajo en equipo, a la comunicación y hablar en público, a la asertividad... vamos, habilidades sociales y emocionales esenciales para dejar de ser unos auténticos analfabetos en estas materias.

El mejor pasaporte hacia un futuro con éxito (y no hablo de lo material, que vendrá como consecuencia de lo demás), es conocerse bien uno mismo, escuchar nuestro corazón y descubrir esa fuerza interna que está dentro de cada uno, porque estar, está… sólo hay que dejar que salga, y desempolvar un poco el baúl de los recuerdos.

Y si no puedes en este momento hacer aquello que amas, hazte un favor y al menos pon amor (no lo intentes, hazlo) en lo que haces…

Y si no, NO LO HAGAS.

Y os dejo un vídeo, es el anuncio de una marca de whisky... pero merece la pena.



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