jueves, 25 de septiembre de 2014

y vivieron felices...

...y vivieron felices y comieron perdices.

Así acaban muchos de los cuentos que nos contaban cuando éramos pequeños... pero si recordáis, antes de llegar a esa final feliz, los protagonistas de esos cuentos pasaban un sin fin de aventuras y desventuras. Blancanieves casi es asesinada por su madrastra con unas manzanas envenenadas, Cenicienta era una esclava de su madrasta y hermanastras tras morir su padre... Pero después de todo, por fin llega el "Y vivieron felices y comieron perdices" y pensamos que la princesa y el príncipe vivirán juntos enamorados para siempre... vamos, igualito igualito que en la vida real, ¿a que sí?...

La felicidad no se alcanza, no es una meta, es una búsqueda, un camino que vale la pena recorrer aunque nunca se llegue al final. Y para recorrer ese camino hace falta actitud, esfuerzo y compromiso, y mucho más en el caso de la felicidad en pareja, donde hay que aprender a unir las necesidades, deseos y limitaciones de uno con las del otro.

Durante ese camino no vamos a dejar de encontrarnos obstáculos, ya sea en forma de madrastra disfrazada de suegra poco cariñosa, dragones que echan fuego por la boca cuando no te quedas una hora más en la oficina, o enanitos... que no dejan de llorar durante toda la noche.

La buena noticia es que esos obstáculos que pueden llegar a aterrarnos de forma individual, son mucho más salvables cuando se trabaja en equipo. Y dos ya son un equipo. Así que ante los obstáculos, ante las dificultades, ante las diferencias y las malas rachas, no nos encerremos cada uno en nuestro propio castillo rodeado de puentes levadizos y trampas mortales: el trabajo, la casa, el bar, el aislamiento, la incomunicación...

Más que nunca en esos momentos tenemos que afrontar esos peligros que acechan nuestra relación, utilizando una comunicación sincera y directa, tratando con respeto al otro y proponiendo cosas para poder hallar una solución que alcanzaremos juntos como un equipo. Y los mejores equipos son aquellos que cuando las cosas se ponen feas, consiguen estar más unidos que nunca.

¿O pensábamos que la aventura se acababa con el "Y vivieron felices y comieron perdices"? Ahí es justo cuando comienza la auténtica aventura.

Nunca nos olvidemos de ser felices y trabajemos para ello.

AVANZA-EVOLUCIONA.

domingo, 14 de septiembre de 2014

solucionando problemas con pensamiento lateral

El pensamiento lateral es una fuerza importante y necesaria para el cambio. Es una habilidad que puede permitirnos resolver problemas en casa o en el trabajo. Puede ser el único modo de superar los problemas aparentemente insolubles de nuestra sociedad. 

El pensamiento lateral no es una habilidad privilegiada ni mucho menos compleja, sino que es un poder latente que todos tenemos. Puede desarrollarse mediante el entrenamiento, exigiendo sólo un cambio de actitud mental y un enfoque abierto a la solución de problemas. 

El término pensamiento lateral fue concebido por Edward de Bono para describir un tipo de pensamiento distinto al pensamiento convencional o lógico. En el pensamiento convencional (o vertical), avanzamos a lo largo de líneas familiares usando experiencias y suposiciones que parten de situaciones similares. Nos apoyamos en la lógica y las suposiciones que empleamos antes. Utilizamos un enfoque lógico y racional. 

Sin embargo, a veces este proceso deja de sernos útil. Se nos presentan límites que solo podemos superar dejando de lado nuestras suposiciones básicas y enfocando el problema desde un ángulo completamente nuevo, por ejemplo, mediante el pensamiento lateral. 

Algunos de los problemas de pensamiento lateral son a menudo extrañas situaciones que requieren de una explicación. Se resuelven a través de un dialogo entre el que sabe la solución y el que pretenden imaginarse la respuesta. Estos enigmas generalmente no contienen suficiente información por lo que dificultan la solución. La clave del proceso es efectuar preguntas. Las preguntas pueden recibir solo tres posibles respuestas: si, no o irrelevante. Sin embargo en otras ocasiones sólo hay que pensar de forma distinta, sin las suposiciones que solemos hacer. Al final os dejo algún acertijo por si queréis intentar buscar la solución.

Si utilizamos el pensamiento lateral, aumentaremos la creatividad y así seremos capaces de buscar nuevas, y distintas, soluciones a esos problemas que se presentan en la vida. Si conseguimos usar y desarrollar nuestro pensamiento lateral (y con ello nuestra creatividad), encontraremos una mejor forma de afrontar muchos de los problemas que nos surgen en nuestra vida y que no sabemos cómo solucionar,  

Este tipo de problemas que pongo abajo son los que nos ayudarán a mejorar nuestra creatividad y nuestro pensamiento lateral...
* Esta mañana se le cayó a mi mujer un pendiente en el café. Y aunque la taza estaba llena, el pendiente no se mojó. ¿Alguna idea de cómo fue eso?

* Recuerdo una ocasión, cuando era pequeño, que mi madre tenía 5 patatas, el problema era que éramos 6 hermanos, pero sin embargo fue capaz de repartir todas las patatas uniformemente entre los 6. ¿Sabes cómo lo hizo? (No valen fracciones). 


AVANZA-EVOLUCIONA.

jueves, 11 de septiembre de 2014

pensamiento positivo o idiotez

Hace algunos días alguien, en una de las frases e imágenes que pongo cada día en la página de facebook (aquí), decía que estaba ya cansada de esas frases de filosofía reduccionista en la que "todo es la actitud" y todo mejora simplemente con una actitud positiva.

Ser positivo se ha puesto de moda, y quizás, mal entendido resulta desafortunadamente contraproducente. Hoy hablaré del pensamiento positivo, del que nos ayuda y del que nos mantiene en un engaño.

Para entender por qué es bueno mantener un cierto optimismo hemos de comprender antes cómo están diseñadas nuestras emociones. Cuando lo estamos pasando mal, cuando las emociones negativas nos inundan y son muy intensas o demasiadas, nos suele pasar lo siguiente: 
las emociones nos impiden pensar, no somos capaces de ver las cosas en perspectiva ni analizar el conjunto, no podemos sopesar los pros y los contras y ni siquiera podemos planificar qué hacer. 
La consecuencia de todo ésto es que no podremos ver las cosas con claridad y nuestra respuesta va a ser muy primaria: atacaremos, escaparemos o nos quedaremos paralizados. ¿Y cuál es el problema?, el problema es que el problema va a continuar.

¿Qué necesitamos para no reaccionar de forma primaria?... lo más importante e indispensable es enfriar esas emociones que nos han inundado y poder pensar con calma. Y si lo mejor para enfriar una tazá de café cuando está excesivamente caliente es dejarla y hacer otra cosa, eso mismo deberíamos hacer con nuestras emociones, hacer otra cosa... y que sea algo que nos guste.

Así pues, necesitamos cambiar el tono de nuestras emociones. Pasar del signo negativo al positivo, y ésta es la manera que posibilita que las funciones más complejas del pensamiento se activen nuevamente... Y aquí empieza la confusión.

Confundimos lo de ponernos en la emoción positiva con el pensar en positivo. Por supuesto que pensar en positivo siempre hará que vivamos mejor, y por supuesto que casi todo tiene su lado positivo (aunque haya veces que en principio no podamos verlo). Pero hay veces que no se trata de pensar en positivo, ya que si discuto con mi pareja por algo que considero importante, ésto no se soluciona con que yo, o alguien, me diga que no pasa nada, que piense en positivo y que no sea negativo. Este argumento es infantil, y además, minimizar las cosas de esa manera no las va a cambiar mágicamente.

Se trata, más bien, de cambiar el signo de nuestras emociones para poder ver más allá, porque eso es lo que consiguen las emociones positivas. Positivas, no porque sean buenas sino porque amplían nuestro repertorio de conducta. Así como las negativas lo restringen.

Ponernos en la emoción positiva es lo que nos va a permitir pensar qué aspectos son importantes para encontrar una respuesta adecuada al asunto que enfrentamos. Engañarnos, camuflar, infantilizar, falsear la verdad con un positivismo idiota no cambiará el escenario. El optimismo inteligente nace de una emoción que da amplitud y que no deforma la realidad. Ilusiona, pero con fundamento. Y ese es nuestro verdadero reto, llegar a él desde una posición de madurez.

No te dejes engañas, sé positivo, piensa en positivo y cuando no puedas, muévete hasta encontrar emociones positivas.


AVANZA-EVOLUCIONA.

lunes, 1 de septiembre de 2014

cambiando comportamientos...

En mi experiencia trabajando con niños con problemas de conducta, he escuchado muchas veces a padres, profesores e incluso a algunos psicólogos decir que no "creen" en la economía de fichas (esa tablita en donde se ponen puntos o caritas sonrientes cuando se hacen ciertas cosas), que eso sólo funciona unas dos semanas y después se vuelve a lo mismo. Sin embargo, diversas investigaciones nos dicen que esta técnica puede ser una poderosa herramienta para educar. Entonces ¿por qué tenemos por un lado a  padres y profesores desesperados diciendo que esta técnica no funciona y por el otro lado a las investigaciones diciendo que si funciona?

Es algo muy simple... a la mayoría la economía de fichas no les funciona porque no la hacen de forma adecuada, y lo dice Alan Kazdin, que además habla de 5 errores típicos a la hora de diseñar y poner en marcha la economía de fichas.

Error 1: Los padres se centran en eliminar las conductas negativas en vez de hacerlo en incrementar las conductas positivas


Tomemos por ejemplo un niño de 8 años que tiene rabietas. Un cuadro de economía de fichas diseñado para que el niño obtenga puntos por no tener pataletas, durante todo el día o una parte del día, tiene menos probabilidades de ser efectivo en comparación a uno donde el niño obtiene puntos por realizar conductas positivas, que son incompatibles con las rabietas.

Si la rabieta tiene más probabilidades de ocurrir cuando el niño tiene que ir a la escuela lo recomendable sería diseñar un cuadro de economía de fichas para que el niño obtenga puntos por vestirse para el cole por sí solo y a tiempo. Ésto nos permitirá enfocarnos en la conducta deseada en vez de hacerlo en la ausencia de la conducta negativa.

Kazdin explica que hay dos posibles beneficios que se desprenden de un cuadro de economía de fichas enfocado en la conducta deseada:
  1. Cuando el objetivo es detener una conducta no deseable, no sabemos qué conducta podría ocurrir en su lugar. Tal vez sea una conducta deseada como cepillarse los dientes, pero también puede desarrollarse otra conducta no deseable, como pelearse con un hermano.
  2. Es más fácil para un niño tener éxito si se concentra en algo que él puede hacer, en lugar de pretender que el niño se controle para evitar hacer algo (por ejemplo, no tener una pataleta). 

Error 2: El objetivo inicial es muy grande

Si el objetivo inicial es, por ejemplo, no tener ninguna rabieta, es casi seguro que el niño fallará. Primero porque la mayoría de los niños tiene de vez en cuando alguna rabieta, así que el objetivo de no tener pataletas es prácticamente imposible de cumplir. Cuando los padres planean objetivos para la conducta del niño y son objetivos a los que el niño no es capaz de llegar, todos terminarán frustrados al no conseguirse nada y este intento de cambio de conductas se abandonará.

Además, elegir objetivos modestos ayudará a aumentar la probabilidad de lograrlos, ya que lograr pequeños objetivos crea momentos de éxito que permiten desarrollar objetivos más grandes.

Error 3: Mantener el cuadro es una tarea demasiado complicada para los padres

Los padres de los niños desafiantes a menudo se sienten agotados. Y se pueden sentir muy saturados solamente con la idea de añadir otra tarea a su complicado horario. Por eso, es crucial que la economía de fichas sea construida de una manera que permita a los padres sentir que pueden mantenerlo. Muchos cuadros de conducta fallan porque los padres pierden la motivación de mantenerlos. Es fácil perder la motivación con la economía de fichas, ya que los cambios de conducta no ocurren de un día para otro. Por eso es importante que los padres sepan que ésto lleva su tiempo y que los cambios de conducta no ocurren de manera lineal. Osea, un día el niño puede comportarse perfectamente y al día siguiente puede tener una conducta problemática... y por eso es importante que el cuadro de economía de fichas se mantenga simple.

Siguiendo el ejemplo de antes, los padres solamente necesitarían el cuadro de conducta cuando el niño tenía que vestirse para ir a la escuela, así que durante los fines de semana no tendrían que utilizarlo. El Dr. Kazdin dice que el cuadro de conducta puede ser efectivo incluso si sólo se usa uno o dos días por semana de manera consistente en vez de usarlo inconsistentemente todos los días.

Error 4: Los premios son muy difíciles o muy fáciles de obtener

La selección de recompensas es una parte importante a la hora de construir un programa de economía de fichas. Los premios deben ser pequeños, pero deseables para el niño. Deben exigir que el niño se esfuerce para ganarlos, especialmente al inicio, pero lo suficientemente bajo como para que en un día en que el niño se haya comportado muy bien, pueda lograr los puntos necesarios para obtener la recompensa. Además deberemos ir poniendo poco a poco más premios que requieran acumular puntos para conseguirlos.

No deben usarse premios que requieran más de unos días de ahorro, ya que debilitan la relación entre la conducta deseada y la recompensa. Además, el Dr. Kazdin recomienda tener un “Gran premio” dentro del programa, donde todos los puntos ganados (incluso aquellos que fueron gastados en las recompensas más pequeñas) sean tomados en cuenta y sean sumados para alcanzarlo.

El gran premio debe ser deseado y debe poder ganarse, como mínimo, a las dos semanas, aunque lo normal es que lleve más de tiempo, porque como dijimos anteriormente, el cambio de conducta no es lineal.

Error 5: Al niño no se la dan oportunidades de ser recompensado por practicar

Otro de los errores es que la mayoría de los padres no incluyen oportunidades de practicar. Kazdin remarca la importancia de recompensar la práctica ya que es un ingrediente clave. Relacionado con el ejemplo anterior, la práctica podría consistir en que el niño se ponga la pijama con la ayuda de los papás y luego volverse a poner la ropa de día. Si ésto se hace bien, el niño podría ganarse dos puntos por haberlo entrenado y haberlo conseguido (ese día) y dos puntos más por hacer la conducta, en este caso vestirse para el cole.


Resumiendo, la economía de fichas es una técnica genial y perfecta para conseguir modificaciones de conducta; además puede ser muy fácil de llevar a cabo si tenemos en cuenta los factores que pueden alterarla, aunque debemos tener en cuenta muchas variables.

Si quieres cambiar alguna conducta, o incluso si ya lo has intentado pero no te ha funcionado, no te des por vencido, inténtalo de nuevo o pide ayuda a algún profesional.


AVANZA-EVOLUCIONA