domingo, 10 de enero de 2016

el momento perfecto para empezar a cambiar es...

¿Y en algunos de los talleres que imparto pregunto... "¿Quién de aquí quiere se mejor?" ... y casi todos levantan la mano, porque casi todos tenemos esa intención. "Entonces...¿por qué no lo hacéis?, ¿estáis esperando el momento perfecto para empezar, ese momento perfecto para mejorar vuestros hábitos sin excusas y con los mejores resultados?"

Dejadme que os cuente una historia que me marcó. Hace unos años invitamos a cenar a unos amigos, era una cena bastante especial, así que decidí abrir, por fin, una una botella de vino que guardaba desde hacía bastante esperando un momento como aquél. Pero al probarlo nos miramos todos con desilusión... el vino se había avinagrado, no se había conservado bien y sabía regular (por no decir que estaba malísimo).

Sentí un poco de tristeza... tanto tiempo esperando el momento perfecto y cuando creía que ya era el momento... no lo era. Había desperdiciado mil momentos especiales durante todos esos años... ¿no fue un buen momento alguno de los cumpleaños o cenas con amigos? ¿alguna de aquellas cenas de aniversario no fueron ocasiones especiales?... ¿Qué tenía que reunir ese gran momento?

Es curioso ver cómo vivimos esperando el momento perfecto para todo: para bajar de peso, para dejar de fumar, para volver a correr o hacer ejercicio, para aprender algo nuevo... y hasta para dar el primer beso. 


El asno de Buridán es la historia de un asno que tiene hambre pero también sed, de forma que se coloca exactamente entre una pila de heno y un cubo de agua.  El asno, incapaz de elegir entre las dos opciones, se muere de hambre (o de sed).


Y como el asno, nosotros también entramos en una especie de "parálisis" en donde hay veces que preferimos no dar ningún paso hasta no estar seguros de que es el momento perfecto de empezar. Porque empezar es lo más difícil de todo.

Una vez escuché una frase que decía: "Algo que se puede empezar cualquier día es probable que no se empiece nunca". Y no puedo estar más de acuerdo, porque aunque creamos que empezar mañana pueda sonar como un buen plan, no lo es. Y mientras más mañanas se sumen, más difícil se vuelve empezar. Y siempre porque buscamos el momento perfecto... que sólo es una gran excusa para posponer el cambio, el que sea.

He escuchado excusas como: "Claro que quiero comer mejor, pero después de vacaciones", "Empezaré a hacer ejercicio cuando mis hijos sean un poco más grandes o tenga más tiempo"… o la peor excusa de todas: "Empiezo el lunes, espera… este lunes es fiesta, empiezo el siguiente lunes".

De una u otra forma, logramos convencernos a nosotros mismos que el mejor momento está por llegar. De que no es necesario decidir ahora porque, por alguna razón (mágica), en el futuro seremos más productivos, o estaremos más motivados, o tendremos más energía, o nos será más fácil... en fin, que en algún momento del futuro será el momento ideal.

Ahora... seamos sinceros, no es la falta de fuerza de voluntad o la poca disciplina lo que nos impide empezar. La principal razón para evitar decidir y empezar es:...el miedo. El miedo de arrepentirnos, el miedo a lo desconocido y sobre todo... el miedo a fracasar.

Lo difícil de decidir es que significa descartar todos los demás caminos para seguir por uno sólo. ¿Cómo podemos saber que ese camino es mejor que los otros?, o peor aún... ¿cómo podemos saber que es el momento de elegir un camino? ¿y si no es el correcto?

Hoy quiero quitarte la venda de los ojos. Te guste o no la idea, todos los días estás tomando decisiones. Tal vez elegir entre un cappuccino o un cortado no te cambiará la vida, pero al final estas pequeñas decisiones le dan forma a tu rutina y definen tu futuro. Y lo mejor es saber que tus decisiones diarias forman hábitos, y pensar en que siempre estamos decidiendo, alivia el miedo y la duda de definir si es o no el momento correcto.Todas las decisiones (incluso las más simples) tienen consecuencias. 

  • Si decido despertarme cada día a las 6 de la mañana para salir a correr lograré sentirme mejor, pero a la vez tendré que irme a dormir a las 10:00 pm y no poder ver la serie que tanto me gusta como consecuencia.
  • Si decido ver la serie seguro que la disfruto, pero al mismo tiempo tendré sueño y no me levantaré a correr.

Nunca olvides que tus hábitos son los arquitectos invisibles de tu vida diaria... Cuando te despertaste hoy ¿qué fue lo primero que hiciste? ¿Pospusiste la alarma como siempre? ¿Saliste a correr como habitualmente? ¿Tomaste un café? ¿Le pusiste una o dos cucharadas de azúcar?

Tus pensamientos se transforman en decisiones y tus decisiones se transforman en acciones (aún sin darte cuenta). Vivimos con el mismo patrón que se repite una y otra vez bajo el mismo contexto, de forma que no es casualidad que más del 40% de nuestras decisiones diarias sean hábitos, como tampoco es casualidad que los hábitos sean la base del cambio (vuelve a leer eso).

Las decisiones diarias se van entrelazando hasta formar hábitos fuertes que tejen cómo será tu vida. Por eso es sumamente importante decidir hoy mismo y empezar a actuar (aunque no estés listo) porque empezamos a avanzar y crecer cuando no estamos listos... No estás listo para bajar de peso, para comer de forma más sana o para salir a correr en las mañanas. No estás listo para emprender un negocio y tampoco estás listo para mudarte a una nueva ciudad... y precisamente por eso tienes que hacerlo. El crecimiento empieza cuando crees que no estás preparado y simplemente decides que es el momento perfecto para empezar.

El momento perfecto no existe, y encontrar el momento ideal para empezar es solo una ilusión. En una película que vi hace bastante, decían una frase que nunca se me ha olvidado: "No hay momentos perfectos, porque tú los haces perfectos". Así que no esperes a que las condiciones sean ideales para empezar a mejorar tu vida. No dejes que el vino se vuelva agrio. El momento perfecto se vuelve perfecto cuando decides abrir esa botella hoy.

...y hoy es un buen día para empezar a actuar y mejorar tus hábitos, ya sabes, todo depende de ti porque todo está en tus manos.

Sonríe, reflexiona, actúa, vive, sé feliz.


AVANZA-EVOLUCIONA.


domingo, 3 de enero de 2016

que el arbol no te impida ver el bosque

En esta vida tan ocupada que tenemos no es fácil que seamos capaces de ver el bosque porque los árboles nos lo oculten y no nos demos cuenta de la de cosas obvias que hacemos o dejamos de hacer y que afectan nuestro nivel de felicidad. Por suerte, hay un montón de formas que pueden llevarnos a tener una vida más feliz. ¿Qué tal si durante la próxima semana tratamos de poner en práctica algunas y conseguimos así tener un año mejor?

Encuentrale sentido a tu trabajo.
El mes pasado, hablando con una auxiliar de ayuda a domicilio para un libro en el que estoy trabajando, le pregunté si le gustaba su trabajo. Para mi sorpresa, sonrió de oreja a oreja, se quedó en silencio unos segundos y me dijo: "¡Me encanta mi trabajo! Tengo la oportunidad de hacer felices a muchos ancianos, gente que no tiene a nadie o a los que nadie escucha… y además, gracias al trabajo puedo dar de comer a mi hija".
Un trabajo sólo es sólo un trabajo, si decides verlo como un trabajo. Pero puede ser mucho más... cualquier trabajo es una oportunidad para ayudar. Cualquier trabajo es una oportunidad de ser útil, de una u otra manera, a otras personas. Cualquier trabajo es la oportunidad de cambiar el mundo. Encontrarle sentido a tu trabajo sólo depende de ti, da igual si eres ama de casa, policía, barrendero, envasadora, maestro, astronauta, o empresario. Encuentrale sentido a tu trabajo, no me pidas a mi que lo busque, ni a ninguna otra persona, búscalo tú... todos tienen un sentido.
Aplica éso que seguro que has leído en algún sobe de azúcar... Haz que te guste lo que haces, hasta que pueda hacer lo que te gusta. Haz que te guste donde estás, hasta que pueda estar donde te gusta. Haz que te guste la gente con las que estás, hasta que puedas estar con la gente que más quieres.
Ésta es la manera en que encontramos la felicidad.

Siéntete incómodo… y aprende.
La gente feliz suele tener algo en lo que son realmente buenos... han conseguido serlo al menos en una cosa, aún aunque mientras aprendían les costase mucho y se sintieran estresados al aprender.
Ten algo claro, aprender es tan estresante como podrías pensar. Sin embargo, este estrés es positivo. Pero aunque el proceso de llegar a ser bueno en algo nos lleva a estresarnos, ésto también nos hace sentirnos felices y satisfechos al mirar atrás y ver cómo hemos progreso, avanzado y evolucionado. En definitiva… expande tu zona de confort a menudo.
¿Eres terriblemente malo en algo?... enhorabuena... ser terriblemente malo es el primer paso para ser verdaderamente bueno. La lucha es la evidencia del avance. Cuanto más tiempo pasas practicando, más rápido aprendes… pero cuidado, también es importante tener en cuenta la calidad del tiempo que pases practicando, mejor diez minutos de calidad que una hora mediocre. Practica y llega allá donde esté el límite de tu capacidad una y otra vez, comete errores, tropieza, aprende de esos errores y llega más lejos de donde habías llegado antes. Y ten muy claro que la recompensa de convertirse en alguien bueno a largo plazo es muy superior a la incomodidad y estrés a corto plazo que podemos sentir mientras aprendemos.

Se productivo, pero no tengas prisa.
Tener prisa nos puede llevar directamente a sentirnos tristes, exhaustos y superados. Pero por otro lado, no tener nada que hacer también puede pasarnos factura (lo siento por aquellos que sueñan con que les toque la lotería y no hacer nada). Es perfecto cuando conseguimos tener una vida productiva a un ritmo cómodo. Es decir… expande tu zona de confort a menudo, pero ten cuidado de sentirte frenético y fuera de control. Por supuesto que es más fácil decirlo que hacerlo, pero sin duda merece la pena conseguirlo.
Un método para lograr ésto es tener momentos de "trabajo duro" y "trabajo cómodo" programados cada día. Durante los momentos de "trabajo duro", trabaja con toda tu fuerza, y en cuanto llegue un momento de "trabajo cómodo", reduce la velocidad, relájate y ve con más tranquilidad. Es simplemente una cuestión de programarse para no estar nunca excesivamente ocupado. Ten siempre un tiempo de tranquilidad -momento en el día para reflexionar, descansar y recargar-. No nos engañemos; NADIE está tan ocupado como para no poder tener unos minutos para evadirse.


Siempre que puedas… Da.
Aunque dar se suele considerar como un acto desinteresado, en realidad suele ser más beneficioso para el que da que para el que recibe. En el fondo, creo que todos sabemos ésto, porque todos nos sentimos increíblemente bien cuando ayudamos a alguien que lo necesita. Al final, la felicidad no es tanto por lo que tenemos, como por lo que damos - la experiencia de ser capaz de que alguien sea más feliz gracias a nosotros, de ser capaces de hacer un mundo diferente. Nadie es más feliz que yo el día de los Reyes Magos… cuando tengo tanto por repartir… ¿os pasa a vosotros lo mismo? 

Además, la ciencia que lo corrobora es simple... hacer cualquier acto de bondad libera serotonina en el cerebro. La serotonina es una sustancia natural que tiene un efecto beneficioso para la salud, incluyendo hacer que nos sintamos más felices (de hecho, la función de la mayoría de los antidepresivos es liberar serotonina). Tengamos en cuenta que, si bien no puedes dar todo de ti mismo todo el tiempo, seguro que puedes dar un poco de ti mismo una parte del tiempo, y hacerlo lo hará todo diferente.

De esta forma, y siguiendo algunos parámetros, no espero si no que estoy seguro, que este 2016 será mucho más feliz para ti,.. ya sabes, todo depende de ti, no busques culpables.

Sonríe, reflexiona, actúa, vive, sé feliz.


AVANZA-EVOLUCIONA.