miércoles, 30 de abril de 2014

una historia sobre la zona de confort

El otro día encontré un cuento precioso del Dr. Iñaki Vazquez en su blog, mente en positivo, y os lo traigo porque creo que merece la pena leerlo:


"El helicóptero tomó tierra en medio de un ruido estridente. Alguien te empujó y te puso una bolsa entre las manos, y antes de que te diera tiempo a reaccionar el helicóptero se alzaba de nuevo y se perdía de vista entre ráfagas de aire. Ahora estabas solo en medio de la isla.

El claro donde estabas se rodeaba de árboles altos y densos y un pequeño riachuelo corría en uno de sus flancos. La bolsa tenía algunas herramientas de supervivencia básicas. Pronto organizaste un refugio hecho de ramas y troncos caídos y en apenas unos días, conseguiste todo lo necesario para tu subsistencia. La alimentación provenía de frutos y bayas recogidos de los árboles y arbustos de los alrededores, tenías el agua del riachuelo que te ofrecía también algunos peces, y de vez en cuando podías cazar algún ave o animal pequeño para comer. La vida empezaba a ser llevadera.

Pero el perímetro del bosque te incomodaba: por un lado te daba seguridad, una especie de muro protector, pero también te hacías preguntas. ¿Qué habría allí detrás? ¿Sería peligroso? ¿Y si me perdiera? Lo veías denso y tan oscuro. Quizá otro día, pensabas.

Ese día llegó. Un poco por casualidad y otro poco al dejarte llevar detrás de una liebre que se refugió detrás de uno de aquellos árboles. Diste un salto, un pequeño paso. ¿Por qué no? Y allí estabas detrás de la línea que te habías marcado como límite de tu seguridad. Después de ese paso diste otro. ¡Vaya! Los árboles no son tal altos, ni tan densos, incluso pasa algo de luz. Eso te animó a adentrarte un poco más en el bosque, siempre con un ojo en el claro para no perderte. Apenas unos metros más allá surgió algo que no esperabas: ¡Otro claro!

En dos semanas los dos claros del bosque estaban unidos por un cómodo sendero de tanto ir y venir y tus dominios se habían duplicado. Más espacio para recolectar, pescar, cazar. Había nuevas especies de árboles e incluso un terreno estupendo para cultivar. No podías estar más feliz y tomaste un tiempo para disfrutar de lo que habías conseguido.

Sabías que la siguiente pregunta era inevitable, pero dejaste que surgiera cuando te sintieras de nuevo preparado: ¿Habrá más claros en el bosque?

Siempre era igual: el primer paso de cada nueva incursión te atenazaba el estómago por unos segundos. Pero una vez en marcha era como si una mano invisible tirar de ti hacia adelante. El placer de la curiosidad, el goce de descubrir nuevos caminos, nuevos objetos, nuevas experiencias. Tu mirada iluminaba zonas de aquella isla que pasaban a ser parte de ti, de tu territorio. Ahora podías elegir el mejor lugar donde dormir, donde cazar, donde cultivar…

Pasaba el tiempo. Con frecuencia volvías a aquel primer claro donde ya apenas pasabas tiempo y te sentabas a recordar. ¿Te acuerdas? Aquí empezó todo. Las cosas que pensaba entonces. Si hubiera sabido ésto antes… Y esbozabas una sonrisa cómplice a aquel hombre que llegó asustado por primera vez a la isla. Eras el mismo, pero ya no eras el mismo.

Un año, dos, tres. Habías visto cosas que no pensabas. Caer la nieve durante días, alcanzar la costa y ver cómo una ballena inmensa varaba en la arena, animales salvajes que no imaginabas, un incendio que hizo fundir rocas… Pero nada era comparable al día en que adentrándote más allá de lo que habías hecho nunca, viste una fina columna de humo saliendo de un valle. Y cómo, al acercarte, salió ella y te dijo. ¡Hola! ¿Quién eres? ¿Quieres venir al pueblo conmigo?

Y la isla ya no era una isla pequeña y remota sino que era grande y estaba llena de gente y de pueblos enteros que hablaban otros idiomas y tenían otras culturas. Y los recorriste todos hasta saciar tu curiosidad y encontrar aquel en el que asentarte y quedarte con ella. Y tuviste hijos que crecieron contigo y escuchaban con los ojos abiertos cómo su padre había llegado hacía muchos años a la isla y cómo había dado el primer paso dentro del bosque detrás de una liebre. Su padre había conocido la isla y ahora también era de ellos.

Un día en la playa viste cómo tus hijos, ya mayores, junto a otros chicos, cortaban algunos troncos. ¿Qué hacéis? preguntaste. Pero tú ya sabías la respuesta. Porque para ellos ese mar infinito que rodeaba la isla era algo que parecía insondable, como hacía muchos años un bosque te lo había parecido a ti. Porque a veces llegaban objetos arrastrados por la marea que no existían en la isla, porque por las noches sus hijos soñaban en volar sobre aquel mar, porque habían escuchado las historias de su padre… ¿Qué hacéis? preguntaste. Construimos un barco, te dijeron. Y con una sonrisa en los labios te uniste a ellos para ayudarles."

Depende de cada uno decidir si lo que se quiere es permanecer en la seguridad de tu zona de confort o prefieres buscar algo más...

AVANZA-EVOLUCIONA

martes, 29 de abril de 2014

comiendo con los niños.

Aunque a muchos les pueda sorprender, un psicólogo es tan importante en la re-educación en la alimentación infantil como un buen médico especialista en nutrición.

La reacción de los niños ante un plato de comida depende de muchos factores. Mientras que hay niños que tienen hambre a todas horas, otros nunca tienen hambre o se agobian cuando ven demasiada comida en el plato. Y aquí los padres juegan un papel muy importante en la educación y en los hábitos alimentarios de sus hijos: hay que mantener una actitud firme y marcar los límites, y esa es la clave para enseñar a los niños a comer bien y a comportarse en la mesa.

Una de las preguntas que repiten los padres que vienen a consulta es cómo enseñar a los niños a masticar o a comer sólidos sin volverse loco en el intento.
La verdad es que es más fácil de lo que imaginamos. Pocas veces nos encontramos con problemas fisiológicos para comer cosas sólidas. Es muy raro que un niño no pueda comer una patata frita y ahí sí que tiene que masticar. Suele ser más un tema de inapetencia, de que no le gusta el alimento o le resulta duro. Los padres tienen que ponerse muy firmes: "la comida de hoy es filete y nos la vamos a comer, trocito a trocito. Vamos a ir haciendo trozos muy pequeños de filete y vamos a ir masticando. Puedes ayudarte con un poco de pan o de agua". En todo momento es fundamental que los niños vean que los padres son firmes y no van a cambiar el filete por otra cosa. Si ven que tienen la posibilidad de cambiarlo, no se lo van a comer. Si mantenemos una actitud firme va a ser más fácil de lo que en un primer momento nos podemos imaginar.

¿Por qué hay niños que cuando algo no les gusta o ven mucha comida en el plato se agobian y llegan a provocarse vómitos?
Para los niños, y aunque nos parezca difícil de entender, provocarse el vómito es muy fácil. Ellos saben que provocar el vómito significa que estás malo y no te lo vas a comer. Es una estrategia para evitar comerme esto, que además presenta una ganancia secundaria: "no tengo que comerme esto y además me hacen unos pocos mimos, pensando que puedo estar malito". Los padres no tienen que asustarse, se nota mucho cuando un niño está enfermo. Efectivamente, cuando un niño está enfermo no hay que obligarle a comer, pero cuando está provocando un vómito para llamar la atención hay que cortarlo, hay que dejarle ver que esa estrategia no es válida, y que con ella no va a conseguir dejar de comer. Esto no implica que no regulemos la cantidad de comida que hay en el plato, tiene que ser razonable. Es mejor ponerle poco y si quiere más que pueda repetir, a ponerle mucho y luego andar perdonando.

Y después están esos niños que siempre tienen hambre o ganas de comer...
Hay niños que son más comilones que otros porque necesitan un mayor aporte de energía, pero debemos ir educando la cantidad de comida que pueden comer y el tipo de comida que ingieren. A un niño que sale con mucha hambre del colegio no debemos darle galletas para entretenerle o un bollo prefabricado, sino un bocadillo. Si luego tiene mucha hambre entre una comida y otra, primero hay que controlar la cantidad de comida y segundo, darle de comer cosas sanas, como por ejemplo, una pieza de fruta. Debemos evitar, entre una comida y otra, darle galletas o bollería enseñándole que puede comer, pero cosas sanas. Es también importante darle agua. Cuando tenemos la boca bien salivada, y esto se consigue bebiendo, baja el nivel de ansiedad. Para los niños es fundamental estar bien hidratados y, en el caso de los niños ansiosos que quieren comer más y más, es muy bueno darles agua.

En España cada vez hay más obesidad infantil... un 16 por ciento… y eso es una barbaridad. Está claro que si un niño está dejando de tomar un bocadillo en la merienda para tomar pasteles con un alto contenido de azúcar o prefabricados, muchos bollos… y si a ésto le unimos que la alimentación no es buena, sin verduras ni frutas, y que además el niño es sedentario, la posibilidad de obesidad es alta. Los niños pasan, hoy en día, mucho tiempo sentados frente a la tele y ahí pocas calorías queman. Es importante que los niños salgan al parque, que se muevan y corran. Debemos volver a retomar ese bocadillo en el parque y eliminar el bollo frente al televisor.

Dejar a comer en el colegio a un niño porque no come bien en casa es un error básico. En la educación de los niños, los responsables son los padres y enseñarles a comer es tarea de los padres. Los niños tienen que aprender a comer desde pequeños antes de ir al colegio y en el colegio, en tal caso, podrán reforzar determinadas conductas.

Una de las cosas que más me encuentro en consulta es que los niños comen mucho mejor en el colegio que en casa. En el comedor, los niños lo hacen mucho mejor porque, en presencia de otros niños y cuidadores, piensan "no voy a ser yo el único que no coma". Además, en el colegio la dinámica habitual es que hay un tiempo establecido para comer y, cuando se acaba el tiempo, nos vamos al patio. Esa pauta les ayuda a aprender a comer en el tiempo establecido. Luego llega la hora de cenar en casa con sus padres y como no reproducimos las mismas situaciones y saben que, al final, los padres suelen ser más blanditos y van a ceder, no se portan como en el colegio. En el colegio no se cambia la comida, en casa muchas veces sí. Es importante no cambiarla, el niño tiene que ver que hay una. Aunque puede ser más fácil para una madre, si algo no le gusta al hijo, hacerle otra cosa, ese no es el aprendizaje óptimo. El niño debe aprender que se come lo que está en el plato, la cantidad que está en el plato y que no se cambia la comida.

Y si en el colegio no se permiten determinadas conductas como comer con las manos, tirar miguitas de pan, estar peleando con el niño de al lado…, en casa tampoco debemos permitirlo. Los padres debemos decir a los niños "si haces esto, nosotros no vamos a comer contigo o vas a cenar solo". En casa debemos poner tiempos para comer y valorar si le retiramos ya la comida y se acabó o se queda solo hasta que termine de comérselo sin hacerle caso.

Nunca podemos olvidarnos que los padres somos los responsables de la educación de los niños y mostrándonos firmes y serenos podemos hacer mucho por mejorar las comidas de sus hijos... y de una manera mucho más fácil de lo que parece al principio.

lunes, 28 de abril de 2014

si no te gusta, cámbialo

Llevaba ya unos días queriendo hablar del Manifiesto Holstee. Porque es inspirador, porque, sin duda, a veces es necesaria una luz (por pequeña que sea) para iluminar esa camino por el que transitamos cuando se nos hace de noche. Dice así:

Esta es tu vida. Haz lo que amas y hazlo pronto. 
Si algo no te gusta, cámbialo. 
Si no te gusta tu trabajo, déjalo. 
Si no tienes tiempo suficiente, apaga la televisión. 
Si estás buscando al amor de tu vida, para; te estará esperando cuando empieces a hacer cosas que amas. 
Deja de querer analizar todo, la vida es simple. 
Todas las emociones son hermosas. 
Cuando comas, aprecia hasta el último bocado. 
Abre tu mente, tus brazos y tu corazón a nuevas experiencias y nuevas personas, pues estamos unidos gracias a nuestras diferencias. 
Pregunta a la próxima persona que conozcas cuál es su pasión, y comparte tu sueño inspirador con ella. 
Viaja con frecuencia; perderte te ayudará a encontrarte. 
Algunas oportunidades sólo llegan una vez, aprovéchalas. 
La vida va sobre las personas que conoces y las cosas que puedes crear con ellas, así que sal -ahora- y empieza a crear. 
La vida es corta. Vive tu sueño y haz realidad tu pasión.

El problema de todas estas frases de... "Si no te gusta algo, cámbialo" o "Cambia tu vida, sé feliz y disfruta" es que muy fácil de decir y queda muy bien en un vídeo o una imagen..., sin embargo en la vida es realmente complicado y casi imposible de conseguir...

...y (una mierda) un cuerno.

A menos que desees seguir una vida llena de apatía, de ser un avestruz y meter la cabeza bajo tierra cada vez que aparezcan problemas. A menos que quieras esconderte, llorar y permanecer inmóvil ante un mundo que no entiendes. A menos que prefieras huir, dejarlo todo tal y como está, o decir constantemente... prefiero no hacerlo, prefiero no intentarlo.

Tú decides, tuya es la vida y tuyo el tiempo. 

aquí os dejo el vídeo... ese en el que las frases quedan tan bien.



miércoles, 23 de abril de 2014

Sexo durante el embarazo, ¿sí o no?

Muchas parejas deciden no tener relaciones sexuales en el embarazo porque piensan que puede ser negativo para su bebé, pero ésta es una creencia sin fundamento y la mayoría de las veces no es real. También puede ocurrir que el deseo sexual baje, y aunque ésto os pueda estar pasando, lo importante es que seáis capaces de seguir trabajando en vuestra relación.

¿Sexo durante el embarazo?
Un montón de cambios, tantos físicos como psicológicos, suceden en los nueve meses del embarazo. Cada mujer lo lleva de una forma única, pero sin duda ésta es una etapa significativa para cualquier padre o madre. Cambiarán muchas cosas, tanto a nivel individual como en la relación de pareja...

Y el sexo es una de esas cosas que pueden cambiar, aunque en realidad no tiene por qué. Hay muchos mitos sobre lo malo que es el sexo durante el embarazo; sin embargo, las investigaciones más recientes destacan más los puntos a favor que los aspectos en contra.

¿Y si desmontamos algunos mitos sobre sexo y embarazo?
Mucha gente cree que practicar sexo durante el embarazo es peligroso para el feto. Sin embargo el bebé está siempre protegido en el útero gracias al líquido amniótico, que es un colchón que lo cubre, así que no hay por qué preocuparse por él durante las relaciones.

Podemos decir que no se recomienda realizar movimientos muy bruscos ni posturas incómodas ni forzadas, y que debemos encontrar la posición ideal en que la mujer se encuentre cómoda y pueda moverse fácilmente, e intentar evitar una presión excesiva, algo que sí puede afectar negativamente al feto.

Sólo se contraindica el sexo si existe algún problema físico y el especialista considera que es perjudicial para el desarrollo del embarazo. De todas formas, estas contraindicaciones no son comunes, por lo que no hay que asustarse ni asumir otro mito: que el sexo puede hacer que se pierda el bebé.

No está demostrado que las relaciones sexuales influyan en la pérdida del niño durante el embarazo; por tanto, si el médico no os dice lo contrario, es más que aconsejable que tengáis relaciones durante estos meses. La práctica favorecerá los músculos de la zona genital y una mejor circulación sanguínea. Y no nos olvidemos del aspecto psicológico: mejorará el estado de ánimo y potenciará la unión de la pareja.

¿Hay menos deseo sexual en el embarazo?
La pérdida de apetito sexual es una de las cosas que más puede preocupar a la pareja. En las primeras semanas se producen los primeros cambios físicos, acompañados normalmente de malestar y náuseas, y éste puede hacer que nos baje el deseo sexual al inicio del embarazo. Además, la mujer se cansa mucho más lo que influye negativamente en el interés sexual.

Sin embargo, por el cambio hormonal muchas mujeres dicen tener un mayor deseo durante estos meses. Así que decir que las mujeres embarazadas no tienen apetito sexual es seguramente otro de los mitos que hay. Sí que es posible que el deseo varíe de unos momentos a otros, pero de lo que no hay duda es de que no desaparece por completo.

Algo muy común es la aparición de esos miedos de dañar al bebé, y también puede haber un rechazo a los cambios que sufre el cuerpo, de forma que la pareja debe ser una fuente de cariño y afecto, ya que la autoestima puede tambalearse en esta etapa.

Lo más importante es que la mujer esté satisfecha y feliz, y la pareja tiene mucho que ver en ésto  estando para lo que necesite y cumpliendo, en la medida de lo posible, sus deseos. Sin embargo, algo que es fundamental hacer es cuidarse el uno al otro para que la relación no se vea perjudicada.


Recuerda: es posible que el sexo sea distinto durante el embarazo, pero no es algo perjudicial para vuestro bebé, por lo que podéis dedicar tiempo a vuestras relaciones íntimas. Lo más importante es tener una buena comunicación para saber qué necesita cada uno, e intentar que la madre siempre se sienta cómoda, relajada y, sobre todo, que sea capaz de disfrutarlo.


lunes, 21 de abril de 2014

deja de intentar y comienza a conseguir

Algo que no mucha gente sabe es que nuestro nivel inconsciente funciona de manera literal, es decir que cada vez que nos proponemos "ser felices en el futuro", "viajar cuando podamos" o "intentar lograrlo", nuestro inconsciente graba ésto como hechos, como si fueran órdenes incuestionables que deben ser seguidas tal cual son expresadas. De forma que decir "voy a intentarlo" está muy lejos de "lo estoy consiguiendo".

En mi trabajo he tenido la ocasión de ver cómo personas muy inteligentes y competentes tropiezan una y otra vez con las mismas situaciones que les impiden avanzar y lograr eso que verdaderamente quieren para sus vidas. Esta situación muchas veces se debe a que no aprenden que éstas palabras son las órdenes que quedarán en su inconsciente.

¿Alguna vez has dicho: "voy a hacer algo para ....."? Pues el problema es que cuando dices que vas a hacer algo pero realmente no decides exactamente qué ni cuándo, este proceso se vuelve más extenso y la mayoría de las veces termina sin éxito ya que realmente no sabemos lo que tenemos o debemos de hacer ni cuándo. Y lo mismo ocurre con intentar, tratar, y todas esas palabras que nos decimos con un tiempo indeterminado en el futuro.

De esta forma, las palabras que utilizamos para expresarnos pueden facilitar o ser un gran traspié en nuestra vida; tienen el poder de encaminarnos hacia los resultados que queremos obtener, o llevarnos de un lado para otro sin permitirnos avanzar a pesar del tiempo y los esfuerzos que pongamos en ellos.

Es verdad que intentar es el inicio de cualquier logro, y es un mínimo esfuerzo que merecemos para poner a prueba nuestras capacidades. Pero también es cierto que nuestra mente no entiende de ambigüedades y para ella las cosas son tal como las decimos, por lo tanto es fundamental fijarse bien en lo que decimos y las palabras que utilizamos, para comenzar a declarar todo aquello que nos sea útil y nos encamine hacia las satisfacciones que buscamos en los más diversos ámbitos de nuestra vida.

De forma que si quieres empezar a conseguir deja de intentar, sé explícito y preciso, ahí radica la llave de una nueva puerta que te acercará a conseguir aquello que deseas.

Sonríe, reflexiona, actúa, vive, sé feliz.

AVANZA-EVOLUCIONA.


martes, 15 de abril de 2014

¿quieres ser más feliz...? sé más creativo


Mihaly Csikszentmihalyi hablaba de cómo incrementar tu creatividad y felicidad personal..., y aquí tienes unas cuantas sugerencias. Intenta convertir en un hábito (21 días, un hábito) alguna de estas acciones:
  1. Trata de sorprenderte por algo cada día.
  2. Trata de sorprender al menos a una persona cada día.
  3. Escribe cada día qué te sorprendió y cómo sorprendiste a los otros.
  4. Cuando algo te parezca interesante, síguelo.
  5. Reconoce que si haces cualquier cosa bien, ésta se vuelve placentera.
  6. Para mantener el placer por algo incrementa su complejidad.
  7. Deja tiempo para la reflexión y relajación.
  8. Descubre qué te gusta y qué odias de la vida.
  9. Comienza a hacer más de lo que te gusta y menos de lo que odias.
  10. Descubre una forma de expresar lo que te mueve.
  11. Mira los problemas de todos los puntos de vista posibles.
  12. Ten tantas ideas como sea posible.
  13. Trata de producir ideas originales.

Y sabiendo lo fácil que puede resultar ser más feliz... ¿Vas a esperar mucho para empezar a serlo?

lunes, 14 de abril de 2014

la excusa del difícil

Cuando tu hija/o diga "es que es es muy difícil", respóndele de forma natural, sin esfuerzo y sin actuar con un "¿Y?"

Imagina alguien que dice que no quiere ir a la playa porque los pájaros vuelan. O que no le gusta el helado porque hay fútbol en la tele. O que no se quiere acostar porque hay sillas en el salón... ¿qué sensación tienes?.

No tiene nada que ver lo uno con lo otro... y que algo sea difícil no es ninguna excusa porque no es imposible, como tampoco es una excusa no querer ir a la playa porque los pájaros vuelan. Cuando tu hija/o te diga que no quiere hacer algo porque "es complicado"... recuerda la sensación que sentiste con las excusas anteriores. Con práctica, ese "¿Y?" te saldrá solo porque realmente no comprendes la relación.

De esta forma, él/ella tendrá que argumentar qué tienen en común lo un y lo otro. Tal vez (tal vez) así, se rompa ese vínculo inconsciente. Tal vez descubra que la dificultad no es excusa. Y lo más importante, no se lo habrás enseñado tú... muy al contrario, habrás aprendido con el/ella.

Habrás permitido que SIENTA y EXPERIMENTE sus propias emociones asociadas a esta idea.

sábado, 12 de abril de 2014

¿buscando la felicidad?

Hay algo que todos sabéis de mí, algo muy personal, y de igual forma, hay algo que yo sé de cada uno de vosotros. Hay algo que sabemos sobre cada persona con la que nos encontramos en el mundo..., y es que todos nosotros queremos ser felices. En ésto somos todos iguales. Cómo imaginemos la felicidad puede ser distinto, pero todos tenemos en común que queremos ser felices.

Hoy hablamos de gratitud... ¿y cuál es la relación entre felicidad y gratitud? Mucha gente diría que esa relación es fácil... cuando eres feliz, eres agradecido. Pero os dejo otra oportunidad... ¿realmente la gente feliz es agradecida?

Seguro que todos conocemos a mucha gente que lo tiene todo para poder ser feliz, pero sin embargo no lo son, quizás ellos quieren algo más, o quieren más de eso que ya tienen. Y todos conocemos gente que tiene un montón de desgracias, desgracias que nosotros jamás querríamos tener, y sin embargo son muy felices. Irradian felicidad.... y nos preguntamos la razón... son agradecidos. La felicidad no te hace ser agradecido, sin embargo la gratitud sí que te hace ser feliz.

La gratitud puede expresarse de diversas formas. Puedes sentirte agradecido muchas veces a lo largo del día por las pequeñas cosas que te suceden, aunque sea encontrar aparcamiento con facilidad, tener un buen día en el trabajo, que tus hijos pongan la mesa sin pelearse o que florezca una planta en tu balcón.

También puedes expresar agradecimiento a los demás, no sólo por hacerte algún favor, sino por ser parte de tu vida, por escuchar tus problemas o por no rechazarte cuando tienes un mal día y estás de mal humor. Puedes estar agradecido a la vida, al mundo..., a todo en general o a nada en particular. Es tan solo esa sensación de agradecimiento lo que te hará ser feliz.

Si quieres expresar más sentimientos de gratitud y conocer sus beneficios, estas son tres pequeñas cosas que puedes hacer:

1. Proponte prestar más atención a cualquier momento de tu vida por el que puedes expresar gratitud.

2. Escribe cada día todas las cosas buenas que te han pasado, por pequeñas que sean. Así verás más lo positivo de tu día a día.

3. Da las gracias a los demás. Exprésales directamente tu agradecimiento por lo que hacen por ti, sus detalles, su amabilidad, o el efecto que tienen en tu vida.

Recuerda que puedes ir caminando por la calle y estar experimentando ese sentimiento de gratitud solo por caminar al aire libre, porque hace sol o porque llueve, porque llegas a fin de mes, porque tienes a alguien importante en tu vida, por cualquier cosa, porque mientras lo estés sintiendo serás más feliz y te sentirás mejor contigo mismo, con los demás y con el mundo a tu alrededor.

Y si es bueno para nosotros y es bueno para los demás, ¿por qué no practicamos este deporte un poquito más?, ¿por qué no estimulamos al resto de la sociedad a que sientan esta felicidad?

y para terminar os dejo un vídeo que espero que os guste.

no eres lo bastante bueno...

Eso de "tú eres tu peor enemigo" suele ser bastante verdad. Mucho de lo que nos limita en nuestra vida son nuestros propios sentimientos hacia nosotros mismos. Pero, ¿de dónde vienen estas sensaciones? ¿Cómo nos influyen? ¿Y qué podemos hacer para vivir una vida libre de las duras actitudes de nuestra crítica interna?

¿Qué es realmente la voz crítica interior?
La mayoría de las personas se ven a sí mismas como diferentes, no en un sentido positivo o especial, sino en un sentido negativo.

Hay una voz crítica en nosotros que es como un coach interno y que comenta negativamente cada instante de nuestras vidas, influyendo así en cómo nos comportamos y cómo nos sentimos. Está ahí para minar nuestras metas: "Nunca tendrás éxito". Está ahí para cuestionar nuestros logros: "Esto no va a terminar bien. Al final meterás la pata". Está ahí para sabotear nuestras relaciones: "Ella no te quiere. No confíes en ella".

Todos poseemos en mayor o menor medida esta voz crítica. Para muchos, estos pensamientos están tan arraigados que apenas nos damos cuenta cuando aparecen. En lugar de reconocer esta voz como el enemigo destructivo que es, nos confundimos con nuestro punto de vista real, y creemos todo lo que nos dice.

Todo lo negativo dirigido hacia nosotros por los padres u otra gente importante para nosotros las internalizamos y se va construyendo nuestra propia imagen. Es lógico pensar que, así como las actitudes positivas de nuestros padres hacia nosotros nos pueden llevar a desarrollar la autoestima y la confianza, sus actitudes más críticas pueden promover todo lo contrario.

No se trata de culpar a los padres, es importante darse cuenta de que los padres se enfrentan a una difícil tarea. Además, pueden reaccionar de forma inapropiada o críticamente con sus hijos en los momentos de estrés.

Si nuestros padres actuaban a menudo como si fuéramos muy traviesos, nos hacían callar constantemente, o simplemente se sentían tensos en nuestra presencia, podríamos llegar a asumir que realmente somos una molestia. Una consecuencia previsible nos convertiría en personas excesivamente tímidas, con tendencia a mantener una actitud poco asertiva o de disculpa en nuestra vida adulta, o a tomar una posición sumisa en nuestras relaciones.


¿Cómo afecta la voz crítica a mi vida diaria?
Cuando escuchamos a nuestra voz crítica le damos el poder sobre nuestras vidas y corremos el riesgo de comenzar a percibir el mundo a través de su filtro negativo. Incluso podemos luchar contra los halagos y los refuerzos positivos, ya que contradicen la forma en que nos percibimos a nosotros mismos.

La voz crítica interior impacta en nuestras vidas de diferentes maneras y según la aceptemos. Podemos tratarla como a un entrenador y escuchar sus consejos destructivos. Si nos dice que somos estúpidos, es posible que la falta de confianza nos lleve a cometer errores que nos hagan parecerlo. Si nos dice que no somos lo suficientemente atractivos, podemos tomar la decisión de evitar a toda costa una relación romántica.


¿Qué puedo hacer para dejar de odiarme a mí mismo?
Para detener el ciclo del odio a nosotros mismos y vivir libres de limitaciones imaginarias, tenemos que aprender a desafiar a nuestro crítico interno y luchar contra él.

Deberíamos ser capaces de reconocer estos pensamientos críticos, y a continuación responder a estos ataques con un punto de vista hacia ti mismo más compasivo y realista. Por último, debemos desafiar todo aquello negativo que esa voz crítica no se cansa de repetirnos. Y si continuamos en desafiar a este enemigo interno, sus opiniones terminan por volverse débiles y podremos liberarnos de los sentimientos de odio hacia nosotros mismos y empezar a vivir una vida más plena.

Debemos tratar de encontrar nuestras propias creencias, valores e ideales. ¿Cómo quieres vivir tu vida? ¿Cuáles son tus aspiraciones para el futuro?.


Trabajando para hacer a la gente más feliz en el día a día.

miércoles, 9 de abril de 2014

¿y si escucharas...?

Cuando te pido que escuches y te pones a darme consejos, no estás haciendo lo que te he pedido.

Cuando te pido que me escuches y te pones a decirme por qué no debería sentirme de ese modo, estás hiriendo mis sentimientos.

Cuando te pido que escuches y te parece que debes hacer algo para solucionar mi problema, me has fallado, por extraño que parezca.

¡Escucha! sólo pedía que escucharas, no que hablaras o hicieras, sólo oírme.

Cuando haces algo por mí que puedo y necesito hacer yo mismo, incrementas mi temor y mi sensación de ineptitud.

Puedo valerme por mi mismo. No estoy indefenso. Tal vez desanimado y decaído, pero no indefenso.

Pero cuando aceptas como cierto que me siento como me siento, por muy irracional que resulte, puedo dejar de intentar convencerte y pasar a la cuestión de comprender qué se esconde detrás de esa sensación irracional.

Y, cuando eso está claro, las respuestas resultan obvias y no necesito consejos.

Por favor, sólo escúchame.

Y si quieres hablar, espera un minuto por tu turno, y yo te escucharé.