sábado, 4 de octubre de 2014

indefensión aprendida, o cómo sentirnos inútiles.

Hace unos cuantos años, en la década de los 70, un tal Martin Seligman, psicólogo y escritor, desarrolló una teoría que en un principio sirvió para explicar el comportamiento animal, y después ha podido explicar muchos fenómenos humanos.

¿Y qué hizo este psicólogo estadounidense? Pues realizó un experimento con dos perros a los que metió en una jaula a cada uno, y a los que se les daban choques eléctricos (en aquella época no existía el movimiento en favor de los animales que hay hoy en día). Uno de ellos, tenía la posibilidad de cortar la corriente con un golpe de hocico; el otro, no. El primer perro, mantuvo la alerta y la energía y aprendió a eliminar eso que le provocaba dolor; sin embargo el otro perro estaba siempre asustado, nervioso y cayó en una depresión que le hacía no moverse cuando empezaban las descargas. Su actitud fue de completa indefensión, aún cuando cambiaron las condiciones y ya tenía la posibilidad de cortar las descargas e incluso de salir de la jaula. Vamos, que había aprendido a sentirse indefenso y a no luchar contra ello.

Seligman explicó el fenómeno en términos de: "una percepción de no contingencia entre posibles conductas de evasión y sus nulas consecuencias"... vamos, en pocas palabras, que uno de los perros aprendió que hiciese lo que hiciese siempre obtendría una descarga. La consecuencia más directa del proceso es la pérdida de toda respuesta de afrontamiento. Y éste es el principio de su Teoría de la Indefensión Aprendida.

En este vídeo se ve la Indefension Aprendida... pero con estudiantes (está en inglés, pero subtitulado... no os asustéis)... 



Como habéis visto (o espero que lo hayáis hecho) la mayoría de los estudiantes de la izquierda "aprendieron" a comportarse pasivamente, con la SENSACIÓN SUBJETIVA de no poder hacer nada y no responden a pesar de que existían oportunidades reales de resolver el problema.

Desde el punto de vista de la psicología, la indefensión aprendida planteada por Seligman (por cierto, creador de una corriente psicológica... mi "Psicología Positiva") es una convicción de que no es posible cambiar la realidad y que, independientemente de lo que se haga, todo seguirá tal y como está. Esta percepción aparece cuando, por un motivo u otro, vivimos una serie continua de fracasos y que terminan por eliminar cualquier intento de cambio en la persona.

¿Queréis un ejemplo muy actual de la indefensión aprendida?... ¿Alguna vez os habéis fijado que una niña que ha sufrido maltrato o lo ha vivido en casa termina siendo víctima de violencia doméstica? Incluso cuando se separan y rehacen su vida muchas veces vuelven a ser víctimas de este maltrato...
Pero no todo es malo... y como estamos hablando de indefensión aprendida, busquemos la
solución. Las investigaciones de Seligman nos apuntan la importancia del optimismo y del positivismo como la forma para elevar la esperanza y mantener la perseverancia ante las situaciones. Aunque si el síndrome ha logrado instaurarse en la persona sería importante acudir a un profesional que ayude a comprender que las situaciones amenazantes se corresponden con una percepción negativa, desesperanzada y pesimista de la vida y no de algo que no pueda ser cambiado.

Recodad que por muy dolorosas que sean las situaciones que nos toquen vivir debemos recurrir siempre a reevaluar la situación en busca de lo positivo y que nos ayude a buscar la solución, a AVANZAR y EVOLUCIONAR.

"El problema es pensar que la guerra ha finalizado"