martes, 25 de febrero de 2014

¿qué hago... si no sé qué hacer?

Hay muchas veces en las que estamos estancados, bloqueados y confusos. No es que no sepamos tomar decisiones o cómo hacer las cosas, ni es cuestión de miedos, si no que simplemente no sabemos qué hacer.


  • Alejémonos de donde estemos. Muchas veces la situación, el estrés y las presiones familiares y de los que nos rodean son demasiado fuertes como para pensar con claridad. Por más que lo intentamos, no podemos. Es normal, en esas situaciones es difícil escuchar lo que realmente queremos, por eso es importante que saquemos tiempo para nosotros (esa utopía para tanta gente).  Ahora es cuando más lo necesitamos, y no me refiero a diez minutos, sino a todo el tiempo que haga falta para pensar con claridad lejos de nuestro ambiente habitual. Así que vayámonos de vacaciones aunque sólo sea un par de días o, si no podemos, vayámonos a dar un paseo, un baño relajante, escuchemos música... Lo que necesitemos para dejar que los pensamientos salgan sin las presiones diarias.
  • Reconsideremos los valores y necesidades. Muchas veces la razón del estancamiento es que no somos conscientes de nuestros valores y necesidades, o que éstos han cambiado y lo que antes nos llenaba ya no lo hace. Cuando nuestra vida no se alinea con nuestros valores nos sentimos infelices y cuando nuestras necesidades no son cubiertas también. Por eso es importante que los conozcamos y es uno de lo que intento ejercitar con mis clientes. 
  • Definamos éxito. Otro paso fundamental, asegurarnos que vivimos nuestra vida según nuestras reglas, no según las reglas de otros. Es fácil creerse la idea de éxito que otras personas y medios nos enseñan, pero si no es lo que queremos seremos infelices. Es importante definir qué es el éxito para nosotros... en todos los ámbitos de nuestra vida. Normalmente el éxito se asocia con éxito profesional, y para algunas personas lo es, pero... ¿lo es para nosotros?
  • Elijamos lo que de verdad nos importa. Es algo que menciono mucho, saber priorizar, saber elegir lo que es realmente importante en nuestra vida y dedicar nuestro esfuerzo y nuestro tiempo a eso. También es muy importante aceptar que no tenemos que hacerlo y tenerlo todo a la vez. Examinemos nuestra lista de objetivos y decidamos cuáles queremos y cuáles pueden esperar un poco más. 
Puede que hayamos cumplido las metas y objetivos que teníamos o bien que nos hayamos acomodado a una situación y nos damos cuenta que ya no nos motiva y no sabemos qué camino seguir a continuación. También puede ser que tengamos que tomar una decisión personal o profesional importante, algo que marque nuestra trayectoria a partir de ahora y estemos totalmente bloqueados.

Esta situación es muy frecuente y frustrante, porque no hay nada peor que la incertidumbre; y, en general, se debe a que no tenemos claro lo que queremos. Sin embargo, la experiencia con mis clientes me dice que, en el fondo, sí que lo sabemos; sólo necesitamos escarbar un poco para sacarlo a la luz. pero... ¿cómo podemos hacerlo?.

Cuando tenemos claros nuestros valores, necesidades, prioridades y definición de éxito, las cosas se ven de otra forma, nos cuesta menos tomar decisiones, nos cuesta menos encontrar lo que queremos porque nos conocemos mejor, que es lo primordial para vivir la vida según nuestras reglas y para sentirnos satisfechos con lo que hacemos y con nuestras decisiones.

¿Qué es lo que necesitas averiguar tú?

No hay comentarios:

Publicar un comentario