lunes, 24 de febrero de 2014

adolescencia... ¿dónde está mi hijo/a?.

La adolescencia es un momento de la vida donde se sienten fuertes emociones y frecuentes enfrentamientos entre las generaciones jóvenes y la de los adultos.

Todo empieza con los cambios físicos a los diez u once años (aunque cada uno se desarrolla a un ritmo diferente) y debido a la velocidad de la transformación del cuerpo, muchos adolescentes están preocupados por su apariencia. 

Además del rápido desarrollo físico, se producen grandes cambios emocionales que aunque son positivos porque les hacen madurar y forman parte del proceso de desarrollo, a veces pueden ser confusos e incómodos para los adultos y para el propio adolescente.

Los adolescentes deben salir de sus casas y unirse a un grupo de iguales, y el grupo de amigos es lo más importante en este momento de la vida, y es el lugar donde ellos van a construir su nueva subjetividad. Y los padres no se hacen tan imprescindibles. Los jóvenes pasan mucho tiempo hablando por teléfono, con el ordenador, escuchando música o fuera de casa, lo que irrita a los padres y produce conflictos.

Los conflictos y discusiones, aunque frecuentes, no tienen que ver con la personalidad de los padres ni con el de ellos. No es que no nos aprecien o no nos quieran más, sino que está relacionado con la necesidad de los adolescentes de independizarse y madurar. Y a la vez que se esfuerzan por ser más independientes, intentan nuevos caminos; pero si se enfrentan con dificultades, suelen enfurecerse, estar mal humorados y perder la confianza en sí mismo.

¿Qué problemas podríamos decir que son los más frecuentes de los adolescentes?:

Problemas emocionales:
Qué adolescente no se ha sentido tan triste que ha llorado y deseado alejarse de todo y de todos; pensando que lo vida no merece la pena vivirla. Estos sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede esconderse bajo excesos alimenticios, problemas para dormir y preocupaciones excesivas sobre su apariencia física. También pueden expresarse estos trastornos en forma de miedos o ataques de pánico. 

Problemas de conducta:
Por un lado los adolescentes desean que sus padres sean claros y les suministren límites precisos pero cuando lo hacen, ellos sienten que le quitan la libertad y no le permiten tomar sus propias decisiones. Se producen desacuerdos y muchas veces los padres pierden el control no sabiendo qué les está pasando a sus hijos, ni dónde están.
Por lo tanto, es importante que los padres pregunten y conozcan donde están sus hijos, con quién están y a dónde van... A muchos ésto le puede parecer imposible, pero no lo es... aunque hay que trabajarlo cuanto antes. 

Problemas escolares:
Muchas veces los adolescentes rechazan ir al colegio. Esto se puede expresar en forma de “dolores de cabeza” o “estómago”. Puede ser por la dificultad de integración al grupo de iguales o conflictos con algún alumno sintiéndose acosado por algún compañero. Y estas situaciones pueden hacer que ir al colegio se convierta en una experiencia solitaria y amenazadora.
Otros problemas pueden estar asociados a estados depresivos, ansiosos y a la falta de confianza en sí mismos para encarar los desafíos del aprendizaje escolar y el de hacerse de amigos.
Estos problemas emocionales afectan al rendimiento escolar, pues es difícil poder concentrarse en la tarea cuando se está preocupado por uno mismo, los problemas familiares o de amistades. 

Problemas sexuales:
A veces los adolescentes son tímidos y están preocupados por su físico y ésto lleva a que no hagan preguntas acerca del sexo a los adultos con los que se relacionan. Normalmente reciben información errónea de sus amigos y compañeros. 
Y por ello puede pasar que sus experiencias sexuales las realicen en situaciones de riesgo de embarazos no deseados o de posibles contagios de enfermedades de transmisión sexual. Por eso es tan importante que nos adelantemos a ellos y les vayamos dando información desde que son pequeños.  

Problemas de alimentación:
Pueden sufrir de anorexia o bulimia nerviosa. Con respecto a la primera enfermedad, el sujeto se niega a comer y se ve con sobrepeso aunque realmente esté muy delgado. Con respecto a la bulimia, pueden tener sobrepeso o no pero ellos canalizan sus problemas a través de la ingesta inadecuada de alimentos, esto los deprime y hace que deseen superar este estado de ánimo a través de la comida produciéndose un círculo vicioso difícil de controlar si no se los pone en tratamiento. Información sobre anorexia y bulimia aquí

Problemas con el uso de alcohol, drogas:
El alcohol es la droga que más problemas causa en los adolescentes. Los padres deben estar atentos a cualquier cambio repentino y grave de conducta de sus hijos. 


La mayoría de las dificultades en la adolescencia no son ni graves ni duraderas, pero el adolescente tiene que pasar por alguna de ellas para constituirse en un ser libre e independiente con un proyecto de vida. Y los padres cumplen un papel importante brindando una base segura a sus hijos, por mucho que éstos lo nieguen, y para ello tienen que ponerse de acuerdo entre sí y apoyarse el uno al otro. 

Los padres son los que mantienen a sus hijos, por eso ellos tienen que decidir cuáles son las reglas del juego aunque a veces puedan ser negociadas y acordadas entre padres e hijos. Dichas reglas deben ser razonables y serán menos restrictivas cuando el adolescente se haga más responsable.
Es importante mantener un diálogo fluido y permanente con los hijos y ésto les ayudará a que se sientan cómodos acudiendo a nuestro encuentro cuando lo necesiten. y para ello es preciso, tal y como digo en todas las charlas que doy, es que se sientan escuchados, no criticados y no avasallados.

Diálogo y escucha, son dos principios fundamentales para afrontar todos los cambios que se suceden en este maravilloso (y difícil) momento de la vida de nuestros hijos.

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