lunes, 24 de marzo de 2014

Peleas entre hermanos

Todos los que tenemos hermanos las hemos tenido y las hemos padecido, y es que los conflictos entre hermanos son inevitables y frecuentes, sobre todo durante la infancia. Y ahora, como padres, es importante que tengamos claro cómo actuar cuando se presentan esos conflictos entre nuestros hijos. Fundamentalmente, los padres aquí tenemos una función muy importante como mediadores.

Para casi todos un hermano es un amigo, un guía para el estudio y un compañero de juego. Pero, en ocasiones, también es un rival y un adversario de pelea. Los conflictos entre hermanos ocurren muy a menudo y se presentan desde los primeros años de edad. Aunque es algo normal, los padres debemos aprender a intervenir para que no se conviertan en un verdadero problema.

A pesar de que la rivalidad y las peleas son normales, eso no quiere decir que simplemente se deban aceptar, pero tampoco que debamos reaccionar de forma desproporcionada ante ellas. Los padres debemos saber que las peleas van a ocurrir y que son inevitables, así que debemos fomentar en casa la idea de compartir y ceder, en vez de rivalizar y tener una actitud posesiva con su hermano o hermanos.


¿Qué motivos suelen llevar a las peleas?

- Llamar la atención: Las peleas entre hermanos suelen estar motivadas por el deseo que poseen de ser los más queridos y los mejor atendidos, y de recibir un trato especial. En definitiva, la causa última es llamar la atención... ¿os suena ésto?: "¡Mamá, Ana me ha dicho tonta!
Si los hijos son pequeños (-5 años), tendremos que adoptar una expresión de enfado y podremos darle algún reforzador positivo, decirles algo como: "No me gusta que discutáis. Cuando jugáis sin pelear, me pongo muy contento". Por el contrario, cuando los hijos son mayores, ignoraremos todas las peleas que no supongan un peligro físico y les prestaremos atención cuando jueguen juntos tranquilamente. Incluso si queréis podemos advertirles antes diciéndoles que sus discusiones son su problema y que cuando se peleen los dejarás solos y te irás de donde estén".

- No querer compartir: No querer compartir sus juguetes, ropa... es importante enseñar a los hijos estrategias para que aprendan a compartir. Una manera podría ser dedicar media hora al día a prestarse los juguetes mutuamente y a jugar, cada uno, con los juguetes del otro.

- El deseo de competir: "Yo saco mejores notas que tú", "Yo corro más rápido", y un largo etcétera. Como en todos los casos, no debemos intervenir en este tipo de riñas.

- El trato "injusto": Los niños suelen quejarse de recibir, por parte de sus padres, un trato injusto en relación a sus hermanos: "¿Por qué yo tengo que estar estudiando si Alberto está jugando? ¡Esto no es justo!".


¿Qué podemos hacer?
La actitud de los padres es fundamental para reducir las peleas y que el ambiente familiar y la convivencia sean tranquilos y agradables. De nosotros depende, en gran medida, que la relación entre los hijos sea mejor y más fácil. Así es que las principales actitudes que debemos adoptar los padres pueden ser:

* Permitir que los hijos resuelvan sus conflictos por ellos mismos, siempre que sea posible. Ellos pueden encontrar la mejor solución y quedar en paz si se les deja usar su propio ingenio. Esto también les ayuda a aprender importantes habilidades de resolución de problemas.

* Darle a cada niño un lugar y objetos que él/ella pueda considerar como suyos. Esto ayudará a reducir conflictos entre hermanos y les ayudará a sentirse importantes.

* Establecer reglas simples y claras para toda la familia. Esto significa que hay una manera establecida para resolver cualquier desacuerdo que se aparezca.

* Fomentar la interacción positiva enseñando a demostrar sentimientos de afecto y de bondad entre hermanos. Elogia y halaga sinceramente a cada niño. Todos los niños necesitan reafirmar que ellos son apreciados y queridos por sus padres.

Espero que estos consejos nos sirvan a todos de ayuda!!!

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