Cada vez podemos ver a más gente triste, desanimada, frustrada, preocupada... La situación general, las circunstancias y el momento actual influyen en una actitud poco positiva. Es como una marea que va envolviendo todo a su paso... se contagia y todo es crisis.

Hace unos meses en una cafetería, cuando me iba, el camarero se despidió de una manera poco habitual últimamente: "¡Qué tenga un buen día!". Fue sorprendente cómo esa sencilla frase me removió. Desde ese mismo momento, decidí desear lo mismo cada día a cualquier persona con la que me relacionara: el vecino, un familiar, un amigo, alguien que me pregunte por la calle, una teleoperadora con la intención de venderme una oferta... Es algo fácil y el resultado es muy gratificante.
La reacción generalizada ante esta sencilla expresión es de sorpresa. Primero la persona se queda paralizada, sin palabras, como bloqueada. Después te suelen desear lo mismo con un gesto positivo en su cara. Aunque sea por unos segundos, tu actitud positiva contagia a la otra persona. Solamente por esto merece la pena ponerlo en práctica. Y si además influyes para que esa persona empiece a compartir este comportamiento, mejor que mejor!!!
Conseguir una sonrisa o sencillamente romper la dinámica de negatividad en alguien por unos minutos produce un efecto mucho más grande y positivo de lo que parece. Te invito a llevarlo a cabo, te aseguro que no pierdes nada.
¡¡¡¡Que tengas un buen día!!!!
AVANZA-EVOLUCIONA.
carlos callejón
psicólogo y coach
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