lunes, 1 de septiembre de 2014

cambiando comportamientos...

En mi experiencia trabajando con niños con problemas de conducta, he escuchado muchas veces a padres, profesores e incluso a algunos psicólogos decir que no "creen" en la economía de fichas (esa tablita en donde se ponen puntos o caritas sonrientes cuando se hacen ciertas cosas), que eso sólo funciona unas dos semanas y después se vuelve a lo mismo. Sin embargo, diversas investigaciones nos dicen que esta técnica puede ser una poderosa herramienta para educar. Entonces ¿por qué tenemos por un lado a  padres y profesores desesperados diciendo que esta técnica no funciona y por el otro lado a las investigaciones diciendo que si funciona?

Es algo muy simple... a la mayoría la economía de fichas no les funciona porque no la hacen de forma adecuada, y lo dice Alan Kazdin, que además habla de 5 errores típicos a la hora de diseñar y poner en marcha la economía de fichas.

Error 1: Los padres se centran en eliminar las conductas negativas en vez de hacerlo en incrementar las conductas positivas


Tomemos por ejemplo un niño de 8 años que tiene rabietas. Un cuadro de economía de fichas diseñado para que el niño obtenga puntos por no tener pataletas, durante todo el día o una parte del día, tiene menos probabilidades de ser efectivo en comparación a uno donde el niño obtiene puntos por realizar conductas positivas, que son incompatibles con las rabietas.

Si la rabieta tiene más probabilidades de ocurrir cuando el niño tiene que ir a la escuela lo recomendable sería diseñar un cuadro de economía de fichas para que el niño obtenga puntos por vestirse para el cole por sí solo y a tiempo. Ésto nos permitirá enfocarnos en la conducta deseada en vez de hacerlo en la ausencia de la conducta negativa.

Kazdin explica que hay dos posibles beneficios que se desprenden de un cuadro de economía de fichas enfocado en la conducta deseada:
  1. Cuando el objetivo es detener una conducta no deseable, no sabemos qué conducta podría ocurrir en su lugar. Tal vez sea una conducta deseada como cepillarse los dientes, pero también puede desarrollarse otra conducta no deseable, como pelearse con un hermano.
  2. Es más fácil para un niño tener éxito si se concentra en algo que él puede hacer, en lugar de pretender que el niño se controle para evitar hacer algo (por ejemplo, no tener una pataleta). 

Error 2: El objetivo inicial es muy grande

Si el objetivo inicial es, por ejemplo, no tener ninguna rabieta, es casi seguro que el niño fallará. Primero porque la mayoría de los niños tiene de vez en cuando alguna rabieta, así que el objetivo de no tener pataletas es prácticamente imposible de cumplir. Cuando los padres planean objetivos para la conducta del niño y son objetivos a los que el niño no es capaz de llegar, todos terminarán frustrados al no conseguirse nada y este intento de cambio de conductas se abandonará.

Además, elegir objetivos modestos ayudará a aumentar la probabilidad de lograrlos, ya que lograr pequeños objetivos crea momentos de éxito que permiten desarrollar objetivos más grandes.

Error 3: Mantener el cuadro es una tarea demasiado complicada para los padres

Los padres de los niños desafiantes a menudo se sienten agotados. Y se pueden sentir muy saturados solamente con la idea de añadir otra tarea a su complicado horario. Por eso, es crucial que la economía de fichas sea construida de una manera que permita a los padres sentir que pueden mantenerlo. Muchos cuadros de conducta fallan porque los padres pierden la motivación de mantenerlos. Es fácil perder la motivación con la economía de fichas, ya que los cambios de conducta no ocurren de un día para otro. Por eso es importante que los padres sepan que ésto lleva su tiempo y que los cambios de conducta no ocurren de manera lineal. Osea, un día el niño puede comportarse perfectamente y al día siguiente puede tener una conducta problemática... y por eso es importante que el cuadro de economía de fichas se mantenga simple.

Siguiendo el ejemplo de antes, los padres solamente necesitarían el cuadro de conducta cuando el niño tenía que vestirse para ir a la escuela, así que durante los fines de semana no tendrían que utilizarlo. El Dr. Kazdin dice que el cuadro de conducta puede ser efectivo incluso si sólo se usa uno o dos días por semana de manera consistente en vez de usarlo inconsistentemente todos los días.

Error 4: Los premios son muy difíciles o muy fáciles de obtener

La selección de recompensas es una parte importante a la hora de construir un programa de economía de fichas. Los premios deben ser pequeños, pero deseables para el niño. Deben exigir que el niño se esfuerce para ganarlos, especialmente al inicio, pero lo suficientemente bajo como para que en un día en que el niño se haya comportado muy bien, pueda lograr los puntos necesarios para obtener la recompensa. Además deberemos ir poniendo poco a poco más premios que requieran acumular puntos para conseguirlos.

No deben usarse premios que requieran más de unos días de ahorro, ya que debilitan la relación entre la conducta deseada y la recompensa. Además, el Dr. Kazdin recomienda tener un “Gran premio” dentro del programa, donde todos los puntos ganados (incluso aquellos que fueron gastados en las recompensas más pequeñas) sean tomados en cuenta y sean sumados para alcanzarlo.

El gran premio debe ser deseado y debe poder ganarse, como mínimo, a las dos semanas, aunque lo normal es que lleve más de tiempo, porque como dijimos anteriormente, el cambio de conducta no es lineal.

Error 5: Al niño no se la dan oportunidades de ser recompensado por practicar

Otro de los errores es que la mayoría de los padres no incluyen oportunidades de practicar. Kazdin remarca la importancia de recompensar la práctica ya que es un ingrediente clave. Relacionado con el ejemplo anterior, la práctica podría consistir en que el niño se ponga la pijama con la ayuda de los papás y luego volverse a poner la ropa de día. Si ésto se hace bien, el niño podría ganarse dos puntos por haberlo entrenado y haberlo conseguido (ese día) y dos puntos más por hacer la conducta, en este caso vestirse para el cole.


Resumiendo, la economía de fichas es una técnica genial y perfecta para conseguir modificaciones de conducta; además puede ser muy fácil de llevar a cabo si tenemos en cuenta los factores que pueden alterarla, aunque debemos tener en cuenta muchas variables.

Si quieres cambiar alguna conducta, o incluso si ya lo has intentado pero no te ha funcionado, no te des por vencido, inténtalo de nuevo o pide ayuda a algún profesional.


AVANZA-EVOLUCIONA

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