jueves, 24 de septiembre de 2015

¿y tú... rumias?

Rumiar una idea es darle vueltas y más vueltas a una cosa, y cuando hacemos ésto, terminamos por hacer nada o poco.  

Éste es el problema. Todos tenemos dilemas en nuestra vida, y la mayoría de ellas no son demasiado importantes... hasta que empezamos a darle vueltas y más vueltas. Rumiar una idea es como coger un problema y soplar en él como si infláramos un globo... haciéndolo cada vez más grande y más terrible. Entonces pasamos tanto tiempo pensando en él, que terminamos cansados, fustrados, descorazonados y queremos encerrarnos y que pase el tiempo y no hacer nada, así que al final no hacemos nada.

La solución: Dejar de pensar en ello, ¿no? NOOOOOO!!!! No somos capaces de pensar y no pensar simplemente chasqueando los dedos. De hecho, intentar obligarnos a dejar de pensar probablemente hará que estemos alimentando aún más al monstruo... En vez de eso... centrémonos en lo que podemos hacer.  

ACTUEMOS... No es para nada cómodo, pero tenemos que movernos, y si puede ser, con un pensamiento original y distinto... y olvidémonos de toda esa rumiación que nos destroza poco a poco. Normalmente, lo primero que nos dice el instinto es lo correcto, así que dejemos de pensar una y otra vez. en realidad es una pérdida de tiempo y un esfuerzo inútil. 

Contamos con 5 segundos para actuar (esa sería nuestra primera opción) antes de empezar a rumiar, antes de que empiecen las dudas y antes de que empiecen los miedos. Eso quiere decir que una vez que nos planteamos tomarnos una manzana en vez de una chocolatina, tenemos 5 segundos antes de que el resto de nuestro cuerpo decida que prefiere la chocolatina... (aquí pongo ejemplo en primera persona) 

Rumiar un pensamiento no es malo, ni es completamente dañino, también tiene sus beneficios. Hay veces que es útil, muy útil. Así que tómate un tiempo para aprender y conocer a tu cerebro y poder conseguir poco a poco la vida que quieres.


No hay comentarios:

Publicar un comentario