lunes, 8 de diciembre de 2014

quejarse y resignarse... o resiliencia.

La Resiliencia es la habilidad que nos facilita enfrentarnos a la adversidad, sacar lo mejor de nosotros mismos y que nos permite reconstruirnos creativamente. Ante una situación de adversidad, algunas personas se vienen completamente abajo, en función de diversas circunstancias, y otras consiguen sobreponerse a ellas. 

¿Conocéis la historia de joven surfista Bethany Hamilton?. Es una chica hawaiana que fue atacada por un tiburón mientras hacía surf cuando sólo tenía 13 años. Le arrancó el brazo izquierdo a la altura del hombro.

Bethany, tras el lógico periodo de duelo, quiso volver a practicar surf a pesar de tener sólo un brazo... su padre le dijo que sólo con un brazo era muy difícil, pero ella le dijo: "No hace falta que sea fácil, sino que sea posible". Así que decidió volver a practicar surf aunque no fuera fácil... y cuatro años después, Bethany llegó a ser profesional consiguiendo ser subcampeona en el Campeonato Mundial Junior en 2009

Su historia ha sido motivo incluso de una película titulada SOUL SURFER, aquí os dejo el trailer:

Éste es el ejemplo de alguien que en vez de rendirse, buscó y encontró recursos necesarios para ver la vida desde un punto de vista diferente. No se rindió, ni creo que se rinda jamás, frente a las adversidades. En definitiva... es una persona con una cualidad, la resiliencia.

Claro... es que ella es así... pues no tanto, ya que la resiliencia no es innata... no se nace con ella, podemos ir adquiriéndola si estamos decididos y la trabajamos. ¿Cómo?... aquí os dejo algunos consejos para trabajarla: 

1. Obtén el apoyo necesario. Rodearte de personas que te ayudan en situaciones límite te hace más capaz de sobrellevarlas.

2. No dramatices. La resiliencia implica partir de la suposición de que la vida plantea escenarios complicados, y que hay que saber afrontarlos. Deja de ver cada obstáculo como una tragedia: cuando se minimizan resulta más fácil vencerlos.

3. Lleva una vida sana. Para poder responder con toda tu energía a cada reto, es importante cuidarte. Duerme, haz ejercicio diario, come bien... 

4. Ríe y sonríe. Encuentra momentos para el buen humor en los momentos más complicados, o dedica simplemente una sonrisa a aquél que lo está pasando mal a tu lado. Puede que te duela todo, pero es un gesto muy simple que ayuda a ser más feliz.

5. Sé amable. Recibir la amabilidad de los demás en momentos críticos requiere haber trabajado anteriormente la amabilidad en el sentido contrario. 

6. Piensa estratégicamente. Cuando nos enfrentamos a una crisis, debemos tomarnos el tiempo necesario para plantearnos cuáles son nuestras opciones y cuáles son las soluciones que podemos darle. Trazar el plan a seguir es fundamental para tener éxito en la acción, aunque parezca que se pierden minutos para desactivar la bomba.

7. Encuentra el lado bueno. Busca siempre el lado positivo incluso en estas situaciones límites. Hay que ver cada error como una oportunidad de aprendizaje y de mejora para la próxima ocasión.

8. No tropieces dos veces con la misma piedra. Precisamente por lo del punto anterior, hay que aprender de los errores. Preguntarse qué salió mal y establecer las bases para qué no vuelva a ocurrir.


Ver las cosas con un enfoque diferente y hacerlo con buena energía es lo que ayuda a las personas a soportar los tiempos más difíciles, y a brillar en los fáciles.

Pero si quieres, sigue quejándote por todo y no tomes las riendas de tu vida. Protesta y no pases a la acción. Siembra las semillas de la queja y solo conseguirás cosechas de resignación.


AVANZA-EVOLUCIONA.

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